La radiofrecuencia son
radiaciones electromagnéticas que oscilan simultáneamente en el campo eléctrico
y magnético. Aunque es un sistema de uso terapéutico conocido en cirugía desde
hace años (electro bisturí, coagulación, diatermia, etc.) recientes
investigaciones han conseguido desplazar su uso al campo de la estética al
crear una tecnología capaz de entregar la energía de la radiofrecuencia
selectivamente en la dermis profunda y en las capas subdérmicas mientras se
protege la epidermis y así poder luchar contra la flacidez y la celulítis.
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La radiofrecuencia genera
un campo eléctrico que cambia de positivo a negativo, lo que causa un
movimiento rotacional de las moléculas que genera calor. Los dos tipos de
radiofrecuencia utilizados son la Bipolar, que provoca un calentamiento
superficial de la piel, y la Unipolar, que produce un calentamiento en la
parte más profunda de la dermis actuando sobre el tejido adiposo. Dado que el
aparato de radiofrecuencia tiene cabezales tanto Unipolar Radiante como Bipolar,
podemos entregar la energía a distintas profundidades, y así tratar distintos
tipos de celulítis, y también la laxitud facial y de otras
áreas.
¿Cómo actúa la radiofrecuencia?
La radiofrecuencia produce un
calentamiento profundo que afecta a la piel y tejido graso subcutáneo. Un
calentamiento que podríamos decir va de dentro hacia fuera. Dicho calentamiento
va a favorecer:
-El drenaje linfático, lo
cual permitirá disminuir los líquidos y las toxinas en el que se encuentran
embebidos los adipocitos del tejido afecto de celulitis.
-Un aumento en la
circulación de la zona que permitirá mejorar el metabolismo tanto del
tejido graso subcutáneo como la mejora del aspecto de la piel acompañante.
-La formación de nuevo
colágeno, tanto en la piel como en el tejido subcutáneo, permitiendo que
todo el tejido adquiera firmeza gracias a la reorganización de los septos
fibrosos y engrosamiento dérmico suprayacente.
Y por último tras la lesión
térmica controlada con retracción del tejido hay una respuesta inflamatoria que
se verá acompañada de migración de fibroblastos, lo cual reforzará aún más
la estructura de colágeno, dando como resultado un rejuvenecimiento de la zona
tratada.
El efecto inmediato de la
aplicación de radiofrecuencia es la retracción del colágeno, con más o menos
rapidez según los casos. Sin embargo, lo que se pretende conseguir gradualmente
es la reestructuración del colágeno profundo, lo que incluye que se formen
fibras nuevas que sustituyan a las envejecidas y hagan los tejidos más
elásticos, se favorezca la homeostasis y, en general, mejore el estado de la
piel eliminando de ella las huellas del paso del tiempo. Este proceso es
más lento y, según los casos y dependiendo del estado en el que se encuentre el
colágeno de la persona, se produce entre los dos y cuatro meses posteriores al
tratamiento. De hecho se han realizado estudios histológicos que demuestran cambios
importantes en la remodelación del colágeno a partir de la sexta semana
posterior a la aplicación de la radiofrecuencia.
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