El calor nos produce un
aumento de la temperatura corporal en forma generalizada, aumentando el
metabolismo basal para estimular la lipólisis que es la destrucción de los
adipocitos, células que almacenan el contenido graso. Esto se traduce en la
perdida de centímetros, la modelación corporal y la disminución de la
celulítis.
La energía térmica que se
aplica es elevada a tal punto de conseguir el efecto deseado, pero sin causar
daños en los órganos internos, descompensaciones metabólicas o circulatorias. El
tratamiento se debe realizar 3 veces por semana y en general la cantidad
necesarias son 12 sesiones, por ende el tratamiento dura un mes.
La Termoterapia es un cambio
a nivel lipolítico, a través de un aumento de la temperatura interna corporal.
La Termoterapia, o mejor
dicho, la Termolipólisis, es como su nombre lo indica, un cambio a nivel
lipolítico, a través de un aumento de la temperatura interna corporal.
Se sabe la existencia de un
estudio científico holandés, el cual estableció que por cada 10º que se
incremente la temperatura del cuerpo, el metabolismo aumenta su actividad
aproximadamente en un 200%.
Este aumento de la actividad
metabólica, tiene innegables consecuencias en cuanto a la estructura del
cuerpo, ya que se produce un incremento en el intercambio celular, y por ende
un alto consumo de grasas. Un detalle importante a
tener en cuenta, es que para realizar un proceso adecuado, el aumento de
temperatura tiene que ser interno, o sea, inducción, y no de forma externa, por
conducción.
Los sistemas convencionales,
como por ejemplo las mantas eléctricas o los focos infrarrojos, trabajan de
manera externa, y por ese motivo el calor que generan no llegan a ser del todo
efectivo, ya que la propia disipación o pérdida de calor del cuerpo es muy elevada.
Para lograr este aumento interno de temperatura, hay equipos de infrarrojos,
que logran penetrar dentro de los tejidos tratados.
A su vez, este aumento de la temperatura corporal, ocasiona una notable vasodilatación, lo que permite potenciar el efecto de este tratamiento mediante el uso de productos (cremas, geles, etc.) reductores, que actuarán conjuntamente y penetrarán al cuerpo por vía porosa.
A su vez, este aumento de la temperatura corporal, ocasiona una notable vasodilatación, lo que permite potenciar el efecto de este tratamiento mediante el uso de productos (cremas, geles, etc.) reductores, que actuarán conjuntamente y penetrarán al cuerpo por vía porosa.
Lo que hay que tener en
cuenta, es que un porcentaje de esa reducción se debe a la eliminación de
líquidos por transpiración, pero otro importante porcentaje se reduce en cuanto
a las grasas y adiposidades localizadas.
Por tales motivos, siempre
se debería acompañar este tipo de tratamientos no solo con algún tipo de
ejercitación muscular sino también de una dieta hipocalórica.
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